5 islas del Mediterráneo que puedes conocer viajando en crucero
Viajar en crucero te permite descubrir algunos destinos impresionantes enclavados en el mar y a los que la llegada en barco supone la mejor forma de adentrarse en su paisaje. En el Mediterráneo podrás recalar en ciudades verdaderamente increíbles y, sobre todo, podrás descubrir la peculiaridad del carácter insular en varios destinos en una única travesía. Descubre con nosotros algunas curiosidades sobre 5 islas del Mediterráneo que puedes conocer viajando en crucero y decídete a pasar tus próximas vacaciones navegando entre paraísos.
Malta: la isla más dulce
Dicen de Malta que su nombre procede del griego ‘melite’ que significa dulce como la miel. Se dice que se le llamó así por la gran cantidad de abejas que habitaban en ella. El color caramelo de su paisaje hace honor a su nombre y Malta esconde muchas curiosidades que te encantará descubrir durante tu escala de crucero en La Valleta. En Malta existen enclaves únicos en el planeta como la Ciudad del Silencio, como se conoce a Mdina, la antigua capital de la isla.
Este mini país está compuesto en realidad por un conjunto de islas. Tres de ellas están habitadas –Malta, Gozo y Comino-. Malta tiene entre sus reclamos culturales el único templo prehistórico subterráneo visitable del mundo. Se llama Hipogeo de Hal Saflieni y fue excavado entorno el 2500 a.C. Está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
No te subas de nuevo al barco sin haber degustado un pastizzi, el pastel salado de hojaldre y guisante o queso típico de la isla. Viaja también con el sentido del gusto y déjate seducir por la tradición culinaria maltesa.
Córcega: la Isla de la Belleza
Córcega es la cuarta isla más grande del Mediterráneo -tras Sicilia, Cerdeña y Chipre-. En ella podrás descubrir curiosidades como qué es un paillote o la única cerveza artesanal del mundo elaborada a base de castañas. En Córcega te esperan impresionantes playas de arena fina y aguas turquesa pero también recursos como la casa natal de Napoleone di Buonaparte -el nombre original de Napoléon- en Ajaccio, e increíbles paisajes entre sus más de 120 montañas de más de 1.200 metros de altura. Tres mil especies de flora decoran las vistas de este territorio insular conocido como Isla de la Belleza.
No en vano, Antoine Saint-Exupéry, el celebre autor de El Principito, inmortalizó la belleza de Córcega en esta frase que se ha convertido en todo un emblema de la cultura popular corsa: “El sol le hizo tanto el amor al mar que acabaron engendrando Córcega”.
Sicilia: la isla más grande del Mediterráneo
La isla más grande del Mediterráneo es un auténtico catálogo de obras de arte y de impresionantes parajes naturales. Más de 1.000 kilómetros de playas y acantilados en los que refugiarse del mundanal ruido. Siracusa, Agrigento, Taormina, Catania, Palermo…el volcán Etna, las islas Eolias..Mil rincones por descubrir durante tu escala de crucero en Sicilia. Las Eolias -Panarea, Alicudi, Filicudi, Stromboli, Vulcano, Salina y Lípari- son un archipiélago declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Uno de los lugares más curiosos que puedes visitar si tienes ocasión de hacer escala en Sicilia es Palazzo Adriano, la localidad donde se rodó la magistral película Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore. Descubre su melancolía y su inevitable encanto en este pueblo cercano a Palermo.
Y si quieres coleccionar un recuerdo gustativo, nada mejor que una Pasta alla Norma, una Caponata Siciliana de suculentas berenjenas, unos arancini y alguno de los cálidos vinos de la isla. De postre cannoli o cassata con pistacho -un fruto muy típico de Sicilia y de origen árabe- y si hace mucho calor, lo mejor de todo es deleitarse con su granita -una especie de granizado de café si estás en Mesina o de almendra- acompañada por un brioche.
Menorca: el país de los Talayots
La prehistoria balear sigue presente en las islas de Mallorca y Menorca a través de los talayots, unas construcciones con forma de torres típicas de las antiguamente denominadas Islas Gimnesias. Aprovecha tu escala de crucero en Menorca para descubrir su impresionante ruta talayótica.
Pero además, puedes aprovechar para descubrir otras curiosidades de la isla que fue británica durante el siglo XVIII como su larga tradición en la fabricación artesanal de calzado. No te subas al barco sin tus nuevas abarcas menorquinas. Además, tienes que probar su tradicional pomada -un combinado de limonada con su ginebra local Gin Xoringuer- y otras delicias culinarias como el Queso de Mahón -un queso de leche cruda, aceite de oliva y pimentón con origen en el año 2.000 a.C- la sobrasada o la ensalmada menorquina.
Si eres amante del vino, has de saber que la variedad más arraigada en la isla es la uva Malvasía y que en Menorca se produce vino desde el siglo XIII. No dejes de visitar tampoco la Cueva de Xoroi, una de las atracciones principales para los amantes de los paisajes marinos.
Capri: la isla “reina de roca”
Así describió Neruda a la isla de Capri, la única de origen sedimentario de cuantas se encuentran en el Golfo de Nápoles. El resto tienen origen volcánico. Para subir al centro de la isla hay que hacerlo a través de un funicular, actividad además muy recomendable porque permite disfrutar de unas vistas únicas. Si haces escala de crucero en Nápoles, elige tu excursión a Capri porque no te vas a arrepentir.
Contempla los farallones -sus singulares formaciones rocosas-, visita su Grotta Azzurra -la gruta cuya agua se ilumina de impactante color azul- y que se dice que es un escondite para monstruos y brujas en sus 20 metros de profundidad. A Capri se puede llegar en ferry desde Nápoles o Sorrento y su visita no deja a nadie indiferente.
Sus playas, sus poblaciones de Capri y Anacapri, sus deliciosos vinos como el elaborado con aglianico, biancolella o fiano; el limoncello y la torta caprese; degustar una pezogna mirando al mar en uno de sus restaurantes de cocina marinera…
Capri enamora. No te quedes sin descubrir este verano la reina de la roca y disfruta del placer de navegar por el Mediterráneo entre paraísos insulares.
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