Hacer un crucero fluvial por los territorios vinícolas de Europa
Existe un proverbio latino que dice que ‘la verdad está en el vino’. Qué mejor opción para los amantes de descubrir los territorios paladeando sus vinos que elegir un crucero fluvial por las rutas de los vinos de Europa.
Hacer un crucero con el vino como protagonista es posible. No sólo porque elijamos para nuestras vacaciones un crucero temático orientado a la enogastronomía sino también porque existen opciones de cruceros que recorren los territorios vinícolas. Y como sabrán todos los apasionados de los vinos, los territorios en los que se producen los preciados vinos no pueden separar su historia, su paisaje y su cultura del producto al que dan nombre.
Crucero desde Burdeos: navegando entre viñedos
Así, si nuestro sueño es hacer un crucero con salida desde Burdeos y recorrer los paisajes de viñedos y sus pueblos bañados por el estuario de la Gironda, el Garona y el Dordoña. Se dice que Burdeos es el mayor distrito productor de vinos finos del mundo. Es por esto que, además de elegir Burdeos para embarcar en nuestro crucero fluvial podemos dedicar una jornada antes del crucero para degustar sus más deliciosos tintos mezcla de Cabernet y Merlot y pasear por su Quai des Chartrons.
El conjuto urbano del Puerto de la Luna es Patrimonio Mundial de la Humanidad. La Catedral de San Andrés o el Monumento a los Girondinos son visitas obligadas antes de embarcar en nuestro crucero fluvial hacia la diversidad de los territorios vinícolas de la región.
Los cruceros fluviales desde Burdeos suelen incluir escala de crucero en Pauillac, uno de los municipios emblema de la región famoso por sus vinos aromáticos. Los château Lafite, Latour y Mouton Rothschild son tres de los cinco primeros de la clasificación del Médoc y Graves de 1855. Todo un ‘destino tesoro’ para los cruceristas entendidos en enología.
Otra de las frecuentes escalas de crucero en la región vinícola de Burdeos es el encantador pueblo de Saint-Émilion. Hacer escala en Saint-Émilion permite admirar su paisaje desde el acantilado hacia el Dordoña. Sus bodegas excavadas en la roca y los sabores sólidos de sus vinos son el epicentro de los reclamos de este pueblo, el más turístico de Burdeos y que cuenta con la peculiaridad de contar con viñas en el centro mismo de la población.
Crucero fluvial desde Estrasburgo: los vinos del Rhin y el Mosela
Iniciar un crucero en Estrasburgo, en el corazón de Alsacia permite descubrir una de las ciudades más bellas de Francia, sede del Consejo de Europa y del Parlamento Europeo. Cuenta con un casco histórico declarado Bien Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aunque es conocidísima internacionalmente la Ruta de los Vinos de Alsacia, Estrasburgo puede ser también el punto de partida de un crucero fluvial por el Rhin que combine la degustación de los vinos alsacianos más emblemáticos hechos a base de Riesling, Sylvaner, Muscat, Pinots Blanc y Gris o Gewürztraminer, con los vinos del Rhin o del Mosela. La escala en Cochem, una preciosa y apacible ciudad bañada por el afluente del Rhin o las escalas en Boppard y Maguncia son ocasiones perfectas para descubrir un territorio espectacular, lleno de tranquilidad, en conexión con la naturaleza. Se dice que sus vinos se benefician de la luz que se refleja en el río, de aguas calmas y transparentes.
Navegar por el Rhin y degustar sus vinos es conocer verdaderamente esta tierra y sus peculiaridades. Hacer un crucero fluvial permite vivir el Rhin y el Mosela desde una perspectiva única. Algunas opciones de crucero fluvial por el Rhin concluyen con una escala en Colonia, una gran opción para conocer una de las ciudades alemanas más alegres. Como curiosidad, se dice que en la preciosa Catedral de Colonia se albergan los restos de los Tres Reyes Magos.
Crucero fluvial con salida desde Oporto: descubrir los Portos y los Douros
A pesar de que el vino de Oporto es conocido a nivel mundial, en el valle del Duero están surgiendo nuevas expresiones vinícolas. Hacer un crucero fluvial con salida desde Oporto es la mejor opción para adentrarse en la magia del Duero -el Douro para los portugueses- y en la inverosímil viticultura que lo rodea. Las bodegas de Oporto son solo el inicio de una aventura vitivinícola y crucerista. La maravillosa ciudad portuguesa se asoma al Douro y es un potente reclamo para los amantes del arte y la cultura, la Casa de La Música, comer una francesinha en el puerto, degustar un Oporto en Vila Nova de Gaia, son placeres que nos reserva Porto.
Peso da Regua y Pinhao son escalas de crucero fluvial para los admiradores de los vinos del Douro. Ambas localidades cuentan con una gran tradición vinícola. Un crucero con escala en Regua permite conocer la bella localidad y sus múltiples bodegas, así como hacer escala en Pinhao donde descubrir además del peculiar regusto de sus vinos, sus Termas Salgadas o sus famosos ‘pitos’ de Santa Lucía.
Portugal es un destino único de cruceros fluviales porque permite descubrir miles de paisajes en un país lleno de contrastes, con un amor al vino y a la tierra que se impregna para siempre en sus visitantes.
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