Cruceros con bebés
Hacer un crucero con niños puede formar parte de esas experiencias que quedan en el recuerdo para siempre.
El escritor cubano Eddy Díaz Souza cuenta en su obra ‘El príncipe y el mar’ como un niño sueña con conocer el mar y convertirse en capitán de barco. Mariano es el nombre del personaje de Souza que nos traslada a la ilusión por navegar, por sentir cómo es tener el océano bajo los pies.
Hacer cruceros con niños puede convertir la experiencia de viajar en un compendio de miles de descubrimientos.
Algunas compañías navieras como Disney Cruise Line están especializadas en proporcionar a los más pequeños experiencias de fantasía en alta mar; navieras como Norwegian Cruise Line o Holland America Line ofrecen algunas actividades específicas muy atractivas para los más pequeños como el espectáculo Nickelodeon o los talleres de repostería y cocina a bordo del crucero para niños.
Los niños en el crucero disfrutan de la sensación de libertad que proporciona viajar a bordo de un enorme hotel flotante con miles de actividades para ellos, con espacios en los que disfrutar del agua, con la posibilidad de conocer nuevas ciudades sin tener que transportar maletas o hacer recorridos en coche, así como de las múltiples ventajas de conocer a otros niños y de contar con compañeros de juegos durante todo el viaje en crucero.
Navegar en crucero con un bebé
Experiencia diferente supone la de viajar en crucero con un bebé. Hacer un crucero con bebés, pese a que pueda parecer un tanto intrépido, resulta una experiencia muy cómoda y confortable, que permite a los padres disfrutar del descanso junto con sus pequeños.
Bien es cierto que conviene tener presentes varios aspectos a la hora de hacer cruceros con bebés, como tener en cuenta la edad del bebé para viajar en barco así como la posibilidad de que para realizar el embarque haya que realizar previamente un vuelo en avión hacia la ciudad donde se ubica el puerto de salida.
Hay que tener en cuenta que es posible pasar con la comida del bebé aunque sea en envases de más de 100 ml pero no se puede pasar con agua, que habrá que comprar después del control aeroportuario.
Edad mínima para hacer un crucero
Por regla general, es posible hacer cruceros con bebés mayores de seis meses. La mayoría de las navieras fijan la edad mínima entre seis meses y un año para hacer un crucero con bebés. Algunas compañías no establecen límites de edad. Habría que comprobar en el caso de cada naviera cuál es el límite prefijado para hacer cruceros con bebés. La agencia puede asesorar en este asunto.
Además de contar con espacios específicos a bordo de los barcos de crucero habilitados para bebés, es frecuente que muchas navieras faciliten a los padres utensilios específicos. En cualquier caso, a la hora de viajar en crucero con un bebé, siempre es recomendable aprovisionarse de todos los objetos que precisa para su uso cotidiano, así como lo necesario para la alimentación del bebé. Se suele facilitar una cuna en el camarote si se solicita previamente.
Algunas compañías navieras cuentan con servicio específico de guardería para menores de 3 años, si bien, lo habitual es que este servicio de guardería en los cruceros esté habilitado para niños de más de 3 años de edad.
Además del espacio disponible en el camarote y de la accesibilidad de la naviera a la hora de facilitar el paso de carritos de bebé, es importante saber que en algunos barcos de crucero se cuenta con servicio médico especializado para bebés.
Recomendaciones para hacer un crucero con bebés
Entre las recomendaciones a la hora de hacer un crucero con bebés figura la de lleva un equipaje adecuado que incluya gorrito, protección solar y ropa fresca porque se suele pasar bastante tiempo al aire libre y al sol y conviene proteger su delicada piel al máximo.
Los bebés han de tener documento de identidad propio para viajar en crucero. Es importante hacer esta gestión con la antelación suficiente.
En cuanto a los precios, existen muchas navieras que incluyen gratuidad o descuentos para los viajes en crucero con niños, si bien, conviene prestar mucha atención a los servicios incluidos en la gratuidad y comprobar con la agencia de viajes el precio final del viaje familiar.
El crucero es un viaje cómodo, que permite combinar en un único espacio varias opciones de ocio y que permite rentabilizar al máximo el tiempo de descanso porque se puede disfrutar del barco durante los desplazamientos y de sus comodidades, así como del hecho de no tener que transportar maletas y diversos objetos necesarios para el cuidado infantil a la hora de viajar para conocer varios destinos.
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