Ubicada a orillas del Mar Mediterráneo, es la segunda ciudad más grande de Francia (por detrás de París), la más antigua del país galo y una de las más viejas del continente europeo.
Sus pequeños puertos pesqueros, sus calas, sus castillos, sus mercados, su viejo puerto, las panorámicas desde Notre Dame de la Garde, su agitada vida cultural y musical, la convierten en una ciudad con un encanto incomparable.
En cuanto a sus monumentos, el más destacable es Notre Dame de la Garde o más comúnmente conocida como la Bonne Mère (buena madre) que es la basílica más importante de Marsella y uno de los principales puntos de atracción turística de la ciudad.
Marsella posee un clima típicamente mediterráneo caracterizado por veranos cálidos, inviernos moderados y escasas precipitaciones.