Es la capital de Dominica y su ciudad más antigua e importante.
Roseau, anteriormente llamado Charlotte Town, fue quemado por los franceses en 1805 y nuevamente sufrió la destrucción casi total por un huracán en 1979. Su puerto, una carretera abierta, exporta limas, jugo de lima, aceites esenciales, verduras tropicales y especias. Los edificios principales incluyen una catedral católica romana, la Iglesia de San Jorge (anglicana), la Casa de Gobierno y el Museo Victoria Memorial. Hay jardines botánicos y cascadas y aguas termales cercanas. A unas 5 millas (8 km) al este de la ciudad se encuentra el Parque Nacional Morne Trois Pitons, que contiene una fumarola inundada conocida como Lago Hirviendo. El parque fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.
En Dominica, la naturaleza es la reina. Denominada “la isla de los 365 ríos”, el sonido del agua está prácticamente por todas partes, empezando por los manantiales termales alrededor de Roseau. Con una frondosa vegetación, el origen volcánico de la isla ha creado cascadas, ríos y piscinas burbujeantes de agua caliente rica en minerales procedente de las profundidades de la Tierra.
Una excursión que no te puedes perder es la que lleva hasta las cascadas Hibiscus, que además cuenta con una bonita piscina en la que podrás darte un baño en medio de una naturaleza arrebatadora. Desde allí, el recorrido continúa a través de la reserva forestal hasta el eco-pueblo de Hibiscus, tras lo cual podrás descender por el río atravesando los últimos territorios que quedan de los indios caribes. O si no, haz una caminata guiada por el bosque hasta Emerald Pool, una exquisita cascada y piscina que es una de las grandes joyas de Dominica.
Si deseas conocer otra maravilla natural, haz una excursión a la impresionante garganta Titou, una grieta natural en la montaña de la que sale agua caliente y fría a la vez, y en la que se rodaron algunas escenas de Piratas del Caribe: el cofre del hombre muerto. Posteriormente, en Wotten Waven, relájate en los manantiales calientes naturales. Ya verás cómo un largo baño terapéutico en estas aguas ricas en minerales te deja como nuevo.
¿Buscas hacer algo alejado de tierra firme? Dominica es famosa por el avistamiento de ballenas y delfines. Súbete a un catamarán en otra de nuestras excursiones y, con un poco de suerte, verás un delfín, un calderón, o una ballena jorobada gigante. O si no, toca un volcán activo mientras haces esnórquel sobre él en la reserva marina, sintiendo el calor del sulfuro que emana del lecho marino de debajo.